Editorial | Alianza |
---|---|
Colección | Clásicos de Grecia y Roma |
Fecha de Edición | 24/5/2018 |
Encuadernación | Rústica |
Medidas | 120×180 mm |
Páginas | 248 |
Stock | Disponible para envío |
DIÁLOGOS DE LOS DIOSES. DIÁLOGOS DE LOS MUERTOS. DIÁLOGOS MARINOS. DIÁLOGOS DE LAS CORTESANAS
LUCIANO
Luciano de Samósata (c.125-c.192) fue un escritor sirio en lengua griega, uno de los primeros humoristas, perteneciente a la llamada Segunda sofística. La mayoría de los datos biográficos que se tienen de Luciano de Samósata son de fuentes inseguras, por lo que es difícil determinar su veracidad. Aunque su lengua natal fue el siríaco, un dialecto del arameo, pronto aprendió el griego ático. Ejerció de abogado en Antioquía, se dedicó a la sofística y recorrió el Mediterráneo durante el reinado del emperador romano Marco Aurelio ofreciendo conferencias por toda Grecia, Italia y la Galia que le fueron muy bien retribuidas; es muy posible que enseñara retórica en algún lugar del imperio romano. Tras pasar por Roma y Antioquía en el año 163, en el 165 se domicilió en Atenas, donde se cree que escribió la mayor parte de sus obras, en dialecto ático muy puro, y llevó a cabo lecturas de sus obras en ciudades helénicas como Éfeso y Corinto. Hacia el año 175 volvió a dar conferencias y solicitó y obtuvo un empleo estable y bien remunerado en la administración romana de Egipto; quizá murió en Alejandría poco después de la muerte de Cómodo, en el año 192.
Luciano de Samósata es uno de los grandes satíricos no sólo de la Antigüedad, sino de todos los tiempos. Miembro de la clase ilustrada, Luciano se burla despiadadamente, desde un ateísmo materialista, de las costumbres de la época, de las supersticiones religiosas y de los afanes mundanos, sirviéndose del diálogo no como forma literaria con intenciones filosóficas, sino como procedimiento artístico para dar salida a su capacidad dramática y satírica. Sus Diálogos ponen de manifiesto la elegancia de su estilo, la libertad de su juicio y el profundo nihilismo de sus ideas.
La traducción e introducción son de Juan Zaragoza Botella.